RISAS, JUEGOS Y NATURALEZA: LA NIÑEZ MEXIQUENSE CELEBRA SU DÍA ENTRE ÁRBOLES Y AVENTURAS

CALIMAYA, Estado de México. Entre carcajadas, juegos al aire libre y talleres llenos de creatividad, más de 800 niñas y niños del Estado de México celebraron su día de una forma muy especial: con acceso gratuito a los parques recreativos de la entidad, donde la diversión y el aprendizaje se dieron la mano en plena naturaleza.

Durante los días 28, 29 y 30 de abril, los ocho parques administrados por la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna (Cepanaf) se convirtieron en auténticos paraísos para las infancias mexiquenses. Niños con sombreros de papel, caras pintadas y manos llenas de colores participaron en actividades diseñadas para jugar, explorar, aprender y, sobre todo, convivir.

“¡Yo sembré un árbol y me dieron una medalla!”, gritaba entusiasmado Emiliano, de 7 años, mientras corría con su hermana por los senderos del Parque Estatal Hermenegildo Galeana. Como él, cientos de pequeños vivieron su día entre dinámicas ambientales, cuentacuentos, juegos de destreza, y hasta teatro guiñol.

“Estas actividades no sólo celebran a la niñez, sino que reconocen el profundo valor que tienen para nuestra sociedad. Son ellas y ellos quienes transformarán el futuro”, expresó Alma Tapia Maya, directora general de la Cepanaf, quien estuvo presente en las celebraciones y entregó reconocimientos a pequeños participantes.

Desde Calimaya hasta Valle de Bravo, pasando por Zinacantepec y Tenancingo, los parques vibraron con la energía de los niños, quienes encontraron en cada rincón un motivo para sorprenderse y sonreír. Los senderos se llenaron de dibujos, canciones y eco-risas, en una jornada que reafirmó el compromiso del gobierno estatal con el derecho al juego, al esparcimiento y a una infancia plena.

Gracias a la vocación educativa de la Gobernadora Delfina Gómez Álvarez, estos espacios naturales no solo fueron escenario de una celebración, sino también un recordatorio de que aprender puede ser tan divertido como volar una cometa o abrazar un árbol.
Porque en el Estado de México, jugar también es un derecho… y esta vez, la naturaleza fue su mejor cómplice.